El acceso a la cavidad resulta muy complejo, no tanto por la orografía de la cavidad y su estrechez sino, fundamentalmente, por un sifón impide el acceso a las galerías al permanecer prácticamente inundado todo el año. Sólo cuando en temporada estival se seca es posible acceder al interior. Esta fue la manera en que las pinturas rupestres fueron descubiertas por un grupo de espeleólogos (Luis Jorde, Carmen Martínez y Ramón Cabarga) en 1985.
Se trata, por tanto, de un conjunto relativamente reciente en la historiografía especializada, contando con algunas publicaciones no demasiado exhaustivas acerca de su contenido pictórico (Bohigas et al., 1985; Bohigas y Sarabia, 1988), así como referencias generales a su contenido (González Morales, 1992; Valle y Serna, 2002). Asimismo, el interés suscitado por el impresionante elenco de manos representadas ha llevado a realizar sondeos arqueológicos en la cavidad (Moure y González Morales, 2000), sacando un hogar con abundante fauna y localizado a unos 10 m del exterior (según la entrada original de la cueva). Se recuperaron también numerosos restos de colorante, por lo que los autores concluyen que la estructura de combustión debe de estar en relación con el momento de ejecución de las pinturas (Moure y González Morales, 2000: 149) y que se ha datado en un 22.340±510/480 BP (Moure y González Morales, 1992 y 2000).
Desde el punto de vista de contenido artístico, en los primeros estudios se destacaba la existencia de 12 manos en negativo (Bohigas y Sarabia, 1988), todas en rojo excepto una de color negro, y otras dos rojas en positivo, si bien ya en un momento Temprado se apuntaba la posibilidad de la existencia de más manos en negativo peor definidas (Moure et al., 1984: 18; Moure y González Morales, 2000: 149). Estudios posteriores han elevado algo número de manos seguras, apuntado la existencia de 14 en negativo (13 rojas y una negra) y dos en positivo (Valle y Serna, 2002). Sin embargo, los trabajos de documentación recientes, en el marco del proyecto HANDPAS, han desvelado la existencia de, al menos, 24 manos en negativo, tres de ellas en color negro, además de las dos positivas ya conocidas. Sin duda, el proyecto que dirige M. González Morales centrado en el estudio integral y documentación de la Fuente del Salín podrá sacar a la luz nuevas representaciones de manos.
Cabe destacar que las figuraciones de manos, aunque agrupadas en zonas o conjuntos, se localizan en una zona concreta de la cavidad, en dos galerías próximas y comunicadas entre sí y prácticamente inmediatas a la entrada original de la cueva. La disposición de las manos no resulta azarosa. Así, las manos en positivo se localizan en el mismo panel, las manos negativas en negro en el mismo techo, algunas de las negativas de color rojo distribuidas de forma simétrica en una zona de paso cerca del hogar, etc. Pero el conjunto más espectacular es el compuesto por el panel 2, en el que cinco manos de distintos tamaños aparecen interconectadas, manifestando una relación evidente entre los individuos que las plasmaron. En este grupo se aprecian tres con un desarrollo importante del antebrazo.
Junto a las representaciones de manos, en Fuente del Salín se documentan otras temáticos rupestres, siempre pintadas en color rojo, y consistentes en motivos abstractos, un signo compuesto por tres bandas curvadas y paralelas, trazos unidos por el vértice puntos aislados o en grupos reducidos (Moure et al., 1984: 18). Algunos de estos elementos, en todo caso muy escasos en número, se localizan en zonas y galerías alejadas de la entrada original de la cueva y, por tanto, del conjunto de manos.
Localización modelos 3D en los diferentes sectores
Panel_1_Mano_1 – Panel_1_Mano_2
Panel_2_Mano_1 –Panel_2_Mano_2 – Panel_2_Mano_3 – Panel_2_Mano_4 – Panel_2_Mano_5 – Panel_2_Mano_6 – Panel_2_Mano_7
Panel_3_Mano_1 – Panel_3_Mano_2
Panel_8_Mano_1 – Panel_8_Mano_2 – Panel_8_Mano_3
Resumen Modelos 3D (Sin escala)
Fuente del Salin, Cantabria, Spain
Bibliografía esencial
– Bohigas, R. y Sarabia, P. 1988: “Nouvelles découvertes d’art paléolithique Dans la Région Cantabrique. La Fuente del Salín à Muñorrodero”. L’Anthropologie, 92 (1): 133-137.
– Bohigas, R.; Sarabia, P.; Brígido, B. e Ibáñez, L. 1985: “Informe sobre el santuario rupestre paleolítico de la Fuente del Salín (Muñorrodero, Val de San Vicente)”. Boletín Cántabro de Espeleología, 6: 81-98.
– González Morales, M.R. 1992: “Fuente del Salín”. En La naissance de l’art en Europe: 225-226. Union Latine. París.
– Moure, A. y González Morales, M.R. 1992: “Datation C14 d’une zone decoreé de la grotte Fuente del Salín en Espagna”. International Newsletter on Rock Art, 3: 1-2.
– Moure, A.; González Morales, M.R. 2000: “Excavaciones y documentación del arte rupestre de la cueva de la Fuente del Salín (Muñorrodero, Val de San Vicente”. Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1984-1999: 149-150.
– Moure, A.; González Morales, M.R. y González Sainz, C. 1984: “Las pinturas paleolíticas de la cueva de la Fuente del Salín (Muñorrodero, Cantabria)”. Ars Praehistorica, 3-4: 13-23.
– Valle, A. y Serna, M.L. 2002: “Fuente del Salín”. En Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria: 58-62. Asociación Cántabra para la Defensa del Patrimonio Subterráneo. Santander.